Enfoque

Los profesionales de Mentes Abiertas tenemos una perspectiva amplia sobre la psicología, practicando diferentes orientaciones que se complementan con la intención de alcanzar un mejor resultado terapéutico.

Desde esta perspectiva integradora, previamente a la intervención psicológica, realizamos una evaluación de las demandas terapéuticas de nuestros pacientes con la intención de ofrecer la orientación que consideramos más adecuada para cada tratamiento.

Entre las diversas orienteaciones que llevamos a la práctica en terapia están:

Para el enfoque sistémico, la persona “enferma” se redefine como una persona “portadora de un síntoma” cuyo origen hay que buscar en una dinámica disfuncional que sucede en uno o varios de los sistemas en los que se encuentra inserta dicha persona. Por tanto, en la terapia normalmente participan todas las personas que conviven en el núcleo familiar (padre, madre, hermano/a, pareja, etc).

La Psicología Positiva recupera dos de los tres objetivos iniciales de la psicología:

  • Hacer que la vida de la gente fuera más feliz
  • Cultivar el talento

La terapia Gestalt no busca simplemente explicar los orígenes de las dificultades sino experimentar las soluciones que la persona encuentra dentro de sí; no se dedica a preguntar “¿por qué?” sino “¿cómo? y ¿para qué?”

El EMDR se conoce desde 1987 que fue descubierto y desarrollado por la Dra. Francine Shapiro. Consiste en usar estimulación bilateral cerebral de izquierda a derecha alternativamente (ya sea con movimientos oculares, tapping, o estimulación auditiva) que desensibiliza y reprocesa las sensaciones físicas corporales, las emociones, pensamientos y creencias que se producen en determinados sucesos que vivimos que se están activando continuamente en el presente, permitiendo desaparecer la sintomatología y el malestar asociados, resolviendo los problemas actuales.

La terapia de aceptación y compromiso (ACT, pronunciado "act" no "a-c-t", del inglés Acceptance and Commitment Therapy), es un tipo de intervención psicológica que se ha desarrollado coherentemente con un marco teórico y filosófico que está a la base de esta intervención, fundamentada en investigación básica y aplicada.

Las terapias cognitivo-conductuales comparten las siguientes suposiciones (Ingram Y Scott, 1990):

  1. Los individuos responden a las representaciones cognitivas de los acontecimientos ambientales e vez de a los acontecimientos mismos;
  2. El aprendizaje está mediado cognitivamente;
  3. La cognición media la disfunción emocional y conductual (la cognición afecta a las emociones y a la conducta y viceversa);
  4. Algunas formas de cognición pueden registrarse y evaluarse;
  5. La modificación de las cogniciones puede cambiar las emociones y la conducta; y
  6. Tanto los procedimientos cognitivos como los conductuales para el cambio son deseables y se pueden integrar en las intervenciones.

CerebroSHEC permite liberar a la persona de todo tipo de traumas, de situaciones que nos superan, que no podemos manejar, que nos desbordan y que nos producen gran dolor emocional. Situaciones pasadas, presentes o futuras. Con esta técnica es posible trabajar un accidente, abusos físicos y psicológicos, maltratos o cualquier tipo de situaciones que hayan sido vividas como traumáticas.