Somos seres sociales que vivimos en comunidad. Necesitamos de otras personas para alcanzar unos niveles aceptables de seguridad y bienestar, fundamentales para mantener la buena salud psicológica.

Sin embargo, el sentimiento de soledad no va necesariamente ligado a la falta de contacto humano. Podemos tener compañía, pareja, familia y amigos, y sentirnos solos.

Al mismo tiempo, la soledad física, de alguien que ha elegido estar solo y reducir sus contactos sociales al mínimo, no tiene por qué comportar soledad emocional.

Qué es la soledad emocional

La soledad emocional es un estado mental que puede surgir en soledad física o en compañía, y que se construye basada en sentimientos relacionados con la incomprensión, la falta de apego con otras personas, la tristeza, la inseguridad, sensación de vacío

Qué síntomas acompañan el sentimiento de soledad

  • Aislamiento: como decimos, el sentimiento de soledad va más allá de la soledad física. El individuo se siente aislado del mundo, aunque, en realidad, esté acompañado.
  • Tristeza: la persona se encuentra abatida, triste e incluso puede desembocar en una depresión si la situación se prolonga.
  • Falta de energía: el agotamiento también suele ser un síntoma de depresión, y es una característica que puede afectar de manera grave al rendimiento en el ámbito laboral y personal de la persona.
  • Inquietud: los anteriores síntomas llevan al individuo a la inquietud y la insatisfacción con los estímulos que experimenta.

Daños fisiológicos y psicológicos de la soledad emocional

La soledad emocional puede afectarnos de diferentes maneras:

  • La angustia que genera ese aislamiento perjudica al sistema inmunológico.
  • En consecuencia, estamos más débiles y predispuestos a contraer enfermedades.
  • Merma de la autoestima.
  • Causar desmotivación.
  • Originar problemas de ansiedad.
  • Atravesar una depresión.

Cómo combatir la soledad emocional

La soledad emocional es más complicada de manejar que la soledad social. Conseguir llenar ese vacío y superar esa sensación de aislamiento es un proceso más laborioso y delicado.  Algunas pautas y consejos útiles son los siguientes:

  • En primer lugar, es fundamental que identifiques esa emoción, que la reconozcas para actuar sobre ella y convertirla en algo positivo.
  • En segundo lugar, debes interpretarla y reflexionar sobre ella: tus emociones te transmiten un mensaje. ¿Ha habido algún hecho significativo que la ha provocado, algo que vienes arrastrando ya tiempo?
  • Establecer un nuevo enfoque mental para afrontar el problema, superar tus miedos, tomar nuevas decisiones y hacer cambios, con una actitud proactiva con un mínimo de iniciativa para salir del bache. Es fácil de decir pero difícil de realizar, en tanto en cuanto se establece un círculo vicioso: una persona abatida, cansada y aislada no puede tener dicha actitud a menos que logre cortar con ese bucle.
  • Necesitas encontrar un propósito de vida, que le dé sentido a tu día a día.
  • Aprende a disfrutar contigo mismo, disfruta de tu propia compañía.
  • Fortalece tu autoestima. Evita mandarte mensajes negativos. Considera esta fase como un momento bajo, pero que puede fortalecerte.
  • Apóyate en la gente más allegada y estimula tu actividad social para encontrar personas con intereses afines, no esperes que los demás vengan a ti. Entrena tus habilidades sociales.
  • En caso de que se haya producido la pérdida de un ser querido, debes aceptar esa realidad, por dura que parezca. Y procurar darle la vuelta al significado de la soledad. Puede ser una ocasión para redescubrirte como persona y plantear nuevas oportunidades e ilusiones.
  • Hacer ejercicio es siempre beneficioso para tu salud emocional. También llevar una dieta saludable, un ritmo regular de sueño, etc.
  • Sigue una rutina de horarios en tu día a día y procura cumplirla.
  • Para conseguir estos objetivos, es conveniente recurrir a la ayuda de un profesional de la salud mental.

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