Un descubrimiento que une lo íntimo con lo inmenso
Imagina que alguien te dijera que el tejido de tu cerebro y la estructura del universo comparten un mismo patrón. Que tú, en tu pequeñez aparente, estás hecho del mismo lenguaje que las galaxias. Suena a poesía, pero es ciencia.
En 2020, el astrofísico Franco Vazza y el neurocirujano Alberto Feletti realizaron un estudio que dejó al mundo científico con los ojos muy abiertos: encontraron similitudes matemáticas y estructurales sorprendentes entre la red neuronal del cerebro humano y la red cósmica que conecta las galaxias en el universo observable.
Dos mundos, un mismo patrón
Aunque el cerebro y el universo parecen no tener nada en común —uno orgánico, húmedo y eléctrico; el otro inmenso, oscuro y gobernado por la gravedad—, ambos funcionan como redes complejas: sistemas compuestos por nodos interconectados. En el caso del cerebro, los nodos son neuronas; en el cosmos, galaxias.
Lo más fascinante es que al analizar cómo están distribuidas esas conexiones, los científicos encontraron parámetros casi idénticos:
- En promedio, cada nodo (neurona o galaxia) está conectado con 4 a 5 vecinos.
- Solo un 30% de la masa total forma parte activa de estas redes; el resto está "flotando", sin participar directamente.
- Las fluctuaciones de densidad —cómo se agrupan o dispersan las estructuras— siguen un patrón matemático casi idéntico en ambos casos.
Lo que nos dice la ciencia
Los investigadores no afirman que el universo sea un cerebro o que piense. Pero lo que sí sostienen es que las leyes que rigen la organización de estos sistemas tan distintos podrían ser universales. En otras palabras, el cerebro y el universo podrían ser ejemplos de cómo la naturaleza optimiza la conexión y el flujo de información, ya sea a través de sinapsis o de filamentos galácticos.
Este tipo de estructuras aparecen también en otros lugares: en redes sociales, en el sistema vascular, en internet. Parecen responder a un principio común de eficiencia, donde lo importante no es tanto lo que se conecta, sino cómo se conecta.
¿Y si el universo no es tan diferente de ti?
Cuando observamos las imágenes que comparan un escáner del cerebelo con una simulación del universo, cuesta distinguir cuál es cuál. Las formas se entrelazan como si hablaran un lenguaje antiguo, común, anterior incluso a la vida. Y eso nos lleva inevitablemente a una pregunta que trasciende la ciencia:
¿Y si el universo fuera más que un escenario? ¿Y si formáramos parte de su forma de conocerse a sí mismo?
El cerebro es el órgano con el que interpretamos el mundo. Pero también puede ser el espejo donde el universo se reconoce.
Información y memoria: dos gigantes comparables
Otro dato curioso es la capacidad de almacenar información. El cerebro humano puede guardar el equivalente a 2,5 petabytes. Las estructuras de la red cósmica, si se analizan como sistemas de información, podrían contener hasta 4,3 petabytes. Nada mal para un conjunto de galaxias a miles de millones de años luz.
¿Qué significa todo esto para ti?
Este estudio no solo es fascinante por lo que revela, sino por lo que sugiere: que lo macro y lo micro están conectados, no solo por átomos o leyes físicas, sino por una tendencia universal hacia el orden, la interconexión y la conciencia.
Saber que en tu interior hay una red que se organiza de forma similar al cosmos no solo despierta el asombro: también puede reconciliarte con el misterio. Con la idea de que no estamos separados del universo, sino que somos el universo en versión autoconsciente.
Referencia principal
Vazza, F. & Feletti, A. (2020). The Quantitative Comparison Between the Neuronal Network and the Cosmic Web. Frontiers in Physics. Disponible aquí