La pirámide de necesidades de Maslow es uno de los grandes hallazgos de la psicología de la motivación. Plantea un modelo jerárquico de las necesidades humanas que explica qué es lo que nos mueve intrínsecamente a comportarnos tal y como lo hacemos.
De acuerdo con su teoría, la satisfacción de las necesidades básicas (situadas en la zona inferior de la pirámide) origina la aparición de otras de orden superior. Por ejemplo, una vez que se cubren las necesidades fisiológicas, surgen otro tipo de necesidades no satisfechas, como las de seguridad, y así sucesivamente.
Las 5 categorías de la pirámide de necesidades de Maslow
Necesidades fisiológicas
Se trata de necesidades de origen fisiológico, que nacen con la persona. Todas las demás son secundarias y no se manifiestan hasta que se cubre este nivel. Buscan la supervivencia, tanto del individuo como de la especie. Entre otras, Maslow identifica las siguientes: necesidad de respirar, de beber agua, comer, dormir, sexo, refugio…
Necesidades de seguridad
El segundo estrato de la pirámide de Maslow lo constituyen las necesidades de seguridad y protección, que aparecen una vez las más básicas ya han sido satisfechas.
Representan una especie de colchón, referido a los derechos. En este apartado figuran la seguridad física, familiar, de empleo, ingresos y recursos, etc.
Necesidades de afiliación
Este tercer eslabón de la pirámide tiene que ver con la superación del ámbito individual, la búsqueda del vínculo afectivo y la dimensión social de la persona.
Estas necesidades surgen cuando se han superado las anteriores. La persona busca entonces formar parte de un grupo, colectivo o comunidad, relacionarse, tener pareja, etc.
Necesidades de reconocimiento
Medianamente satisfechas las necesidades de afiliación, esta pirámide se plantea necesidades de estima en un nuevo nivel: tanto la que se refieren al respeto de los demás, el aprecio, la necesidad de atención y de ocupar un estatus, como la que se orientan más hacia uno mismo, con sentimientos de confianza, autoestima, competencia, etc. Si se satisface esta necesidad, el individuo se siente bien con su autoconcepto, a través del reflejo que de este se nos devuelve por medio de los demás.
Necesidades de autorrealización
En la cúspide de la pirámide de necesidades de Maslow encontramos las de autorrealización personal. Para llegar a abordarlas, es preciso haber cubierto los niveles anteriores. Maslow se refirió a esta cima también como “motivación de crecimiento” o “necesidad de ser”.
Es el peldaño más elevado, que tiene que ver con el desarrollo espiritual, la creatividad, el altruismo, el talento, el desarrollo del potencial personal a través de alguna actividad, etc.
La importancia y el calado de la teoría de Maslow
Abraham Maslow (1908-1970) fue un psicólogo estadounidense, cabeza visible de la psicología humanista, que representó “la tercera fuerza”, más allá del conductismo y la corriente psicoanalítica. Un nuevo enfoque que se reveló más positivo y entusiasta, que no presupone a las personas como seres pasivos ni se orienta exclusivamente hacia la conducta patológica.
En palabras del propio Maslow: “Es como si Freud nos proporcionara la mitad enferma de la psicología y ahora debamos completarla con la mitad sana”. En cuanto al conductismo, Maslow no considera que su enfoque mecanicista de la psicología sea incorrecto, pero lo ve demasiado estrecho y limitado en su concepción global del ser humano.
Su estudio de las motivaciones y conductas al margen de los trastornos mentales fue innovador, en el sentido de que demostró la utilidad de la psicología más allá del estricto corsé de la salud mental. Se concentró en el estudio de individuos sanos desde el punto de vista psicológico.
De esta forma, su teoría ha tenido un importante calado, por supuesto en la psicología, pero también en el mundo empresarial, del marketing, deporte, etc. La pirámide de las necesidades de Maslow ha sido básica para elaborar los más diversos planes de motivación.
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