Un estudio de la Universitat Ramón Llull de Barcelona realizado en 2014 investigó la relación entre apego y psicopatología en adolescentes y jóvenes con historiales de maltrato.

Para ello trabajaron con una muestra de 40 personas de edades entre los 13 y los 22 años: 18 chicos y 22 chicas que habían sufrido maltrato intrafamiliar en su infancia. El 70% de la muestra había sufrido negligencia física o emocional (necesidades físicas o emocionales básicas que no han sido atendidas), el 27.5% maltrato emocional y/o físico y el 2.5% había padecido abusos sexuales.  

Estilos de apego inseguro en casos de maltrato y vulnerabilidad psicopatológica

La evidencia empírica indica que los estilos de apego inseguros son habituales en adolescentes que han sufrido maltrato en el seno familiar. En consecuencia, que son más vulnerables al desarrollo de psicopatologías y relaciones interpersonales problemáticas.

Sin embargo, dicha evidencia no quiere decir que haber sufrido maltrato sea causa directa del desarrollo de un estilo de apego inseguro y de trastornos psicológicos. Por ejemplo, los adolescentes maltratados pueden encontrar otras personas a lo largo de su vida que les ayuden a formar otros estilos de apego.

Instrumentos de evaluación

El tipo de apego se ha determinado mediante el Cuestionario de Relación (Relationship Cuestionarie, RQ), de Bartholomew y Horowitz, que distingue cuatro estilos dependiendo de la imagen positiva o negativa del self y de los demás. Estos cuatro estilos son apego seguro, preocupado, temeroso y evitativo.

La sintomatología clínica de los participantes en la muestra se evaluó con el Symptom Checklist-90-R (SCL-90-R), el test de los 90 síntomas diseñado en la Universidad Johns Hopkins. Dicha prueba valora síntomas como ansiedad, depresión, obsesiones y compulsiones, ansiedad fóbica, ideación paranoide, psicoticismo, etc.

Resultados del estudio

La mayoría de los participantes en la muestra (27 de los 40 adolescentes y jóvenes, el 67.5% del total) presentan un estilo de apego inseguro. Esto significa más de dos de cada tres.  

Por otra parte, el 32.5% (13 de los 40) se autoperciben con apego seguro (uno de cada tres).

La mayoría de los que siguen estilos inseguros (15 de los 27, el 37.5 del total de la muestra) tiene un tipo de apego evitativo. Este se caracteriza por la desconfianza hacia los demás, el escepticismo en las relaciones, miedo a la intimidad, buen autoconcepto, falta de empatía, altibajos emocionales, deseo de invulnerabilidad y énfasis en la autosuficiencia.

Del resto, 8 de los chicos y chicas tienen un apego inseguro preocupado y 4 apego temeroso. El primero se caracteriza por sentimientos de inadecuación personal, búsqueda de aprobación y valoración y altos niveles de ansiedad; mientras que el segundo se distingue por el miedo al rechazo, contacto interpersonal y desconfianza temerosa.

Así pues, los datos corroboran que el maltrato intrafamiliar se encuentra vinculado a una mayor prevalencia del apego inseguro.

Por otro lado, más de la mitad de la muestra (52.5%) alcanza unos niveles de psicopatología significativos.

El apego preocupado correlaciona de manera significativa con la sintomatología ansiosa, fóbica y paranoide. Por su parte, el estilo temeroso correlaciona con las dimensiones psicopatológicas de depresión, somatización, ansiedad e ideación paranoide.

Aunque solo se ha hallado relación estadística clara entre apego e ideación paranoide, el estudio evidencia que los estilos de apego con una visión negativa del self (preocupado y temeroso) presentan una mayor sintomatología psicopatológica que los apegos seguros y evitativos.

La visión negativa de uno mismo actuaría como elemento potenciador de la ansiedad en las relaciones interpersonales y el factor más determinante para la aparición de la psicopatología.

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